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Manuel Orozco Cañas |
Nunca
un pueblo en la historia reciente de Porcuna había ofrecido tanta
sangre en la conquista de la libertad de un pueblo, para caer en el
olvido más absoluto, no ya para los vencedores franquistas, sino para
los actuales demócratas, que siguen negando las heridas húmedas de sus
hijos, apostando sin tibiezas por la amnesia, defendiendo los símbolos
que quedan como propios, y aireando siempre que pueden los viejos
sudarios, la jerga casposa y el comentario obsceno.
La
conocida como “Batalla del Jarama”, en las inmediaciones de Madrid, fue
la tumba de jornaleros, obreros, desarrapados, ingenuos, valientes y
antifascistas porcunenses. Lo dejaron todo, dejaron su casa, su familia,
su hoz, su azada, sus miserias, sus piojos con sus liendres, a sus
madres y a sus hijos para defender una “idea”, un ideal universal, la
unión de los hijos proletarios (U.H.P) contra el caciquismo, contra los
nuevos tufos que asomaban por Europa, la podredumbre de los viejos y los
nuevos fascismos.
Porcuna,
sus gentes, sus jóvenes y no tan jóvenes, reaccionaron de manera
inmediata al golpe cívico-militar del 17 de julio de 1936. Desde el mes
de agosto de ese año hasta finales del mismo, tenemos noticia de cientos
de voluntarios que fueron a engrosar los batallones de milicianos que
por aquél entonces se estaban organizando en Jaén. Los primeros serían
enrolados en las destartaladas milicias cordobesas y jiennenses que se
desparramaron por la provincia vecina. Son los momentos del desorden y
el pillaje, del miliciano de turismo; pero los segundos, llamados ya
desde las cajas de reclutamiento, formarían parte en diciembre de la 24º
Brigada Mixta del naciente Ejército Popular. Allí irían a parar los
personajes más concienciados y comprometidos políticamente de Porcuna.
La
“Batalla del Jarama” comenzaría oficialmente el 6 febrero de 1937, y
finalizaría el 27 de ese mes. La ofensiva en este frente fue parte de la
estrategia del mando franquista por flanquear Madrid y tomarlo, cosa
que finalmente no ocurriría, gracias a la tenaz resistencia republicana.
En ella participaría la 24º Brigada Mixta, formada por jiennenses casi
en su totalidad de diferentes edades. Allí, junto a las Brigadas
Internacionales, decenas de porcunenses perderían la vida, siendo sus
cuerpos arrojados en improvisadas fosas comunes aún por rescatar del
olvido.
En este contexto bélico, de generosidad y voluntariado, hay que ubicar la muerte de Manuel Orozco Cañas,
nuestro protagonista de hoy. Su defunción se inscribió en el registro
civil de Porcuna fuera del plazo legal establecido. Se hizo un 16 de
marzo de 1945. En ella se dice que tendría unos 40 años de edad (aunque
también podría tener menos), natural de Porcuna, provincia de Jaén, hijo
de Salvador y Juana, con domicilio en calle (en blanco), de profesión
“(en blanco)”, aunque suponemos que jornalero, y de estado casado con Manuela Moreno Juárez,
de cuyo matrimonio han quedado cinco hijos llamados Salvador, Palmira,
Miguel, ¿Aurelia? y ¿Lucrecia?. Falleció, según el acta, en el frente
de guerra del Jarama el 7 de febrero de 1937, por heridas de guerra
(sic); y su cadáver está enterrado en el cementerio de “frente de
batalla” (sic). Su inscripción se hace a instancia de la superioridad,
haciéndose constar que se ignora otorgase testamento. Hasta aquí la
principal prueba documental que dispondemos para confirmar que Manuel
Orozco Cañas falleció en combate, sin saber que la Historia daría a
conocer a aquella batalla como la del Jarama, donde se produjeron unas
17.000 bajas entre los rebeldes y los leales.
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Prensa republicana de 9 de febrero de 1937 |
Por
contextualizar su muerte diremos que la batalla comienza el 6 de
febrero de 1936, con la toma de La Marañosa, Gózquez de Arriba, y
Ciempozuelos. Al final del día, afirma González de Miguel (2009), las
brigadas republicanas 18º y 19º habían quedado destrozadas. El día
termina con un torrente de lluvia cayendo sobre el frente del Jarama. El
7 de febrero es domingo, y el ataque rebelde prosigue pese a que la
prensa republicana dice que ha sido detenido, cosa del todo incierta. La
estrategia republicana ante el avance no es otra que defender a toda
costa los puentes sobre el Manzanares y el Jarama. Las Brigadas 18º y
19º, el Batallón de Carabineros de la 48º, y algunos batallones de la
17º y un grupo de asalto con varios tanques de la 11 División serán los
encargados de protegerlos. Debe ser aquí, en estos lugares, en este
histórico frente de guerra, donde Manuel Orozco Cañas perdió la vida, sin que las causas queden claras.
Un hermano suyo, Fernando Orozco Cañas,
apodado el “Bizco Orozco”, también sentiría la metralla franquista,
pero en un contexto muy distinto. Frente al héroe muerto en combate, Fernando fue víctima de la estulticia más nauseabunda de nuestra Historia, pues sería fusilado en Jaén el 6 de febrero de 1940, junto a otros quince porcunenses en las tapias de San Eufrasio (Jaén).
Descansen en paz todos ellos.
Fuentes y Bibliografía:
- Partida de defunción de Manuel Orozco Cañas. Registro Civil de Porcuna, consultado en 2011.
-
La fotografía de Manuel Orozco Cañas ha sido facilitada por la la
familia Orozco, en concreto por su nieta Manoli Orozco Casado el
18/10/2010., a los que agradecemos enormemente la información aportada.
-
GONZÁLEZ DE MIGUEL, Jesús (2009): La batalla del Jarama. Febrero de
1937, testimonio desde un frente de la Guerra Civil. Madrid, Esfera de
los Libros.
Apartado de correos nº 47-23790. Porcuna (Jaén)
nombresporcuna@gmail.com
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