LEER: Desde los que hacemos posible Todos los Nombres de Porcuna, quisiéramos pedir disculpas a todas aquellas personas que se han puesto en contacto con nosotros a través de e-mail o facebook solicitando información sobre sus familiares, y que a día de hoy no les hemos contestado. Creo que son unas 25 peticiones las que tenemos sin atender, pero es que los medios de los que disponemos son escasos y el trabajo se nos acumula.

Gracias por vuestra paciencia, y esperemos contestar a vuestras peticiones lo antes posible.


- El monumento a la intolerancia y al fascismo se renueva en Porcuna (Jaén)
- El monumento a los "Caídos" sufre una gamberrada.
- Por la retirada de nombres y símbolos franquistas de Porcuna.
- Calles relacionadas con el franquismo y su exaltación en Porcuna
- La peculiar memoria histórica en Porcuna.

domingo, 10 de febrero de 2008

Cinco fusilados más en un mes de febrero

Un sombrío día de 5-11 de febrero de 1941, morían acribillados en el cementerio de San Eufrasio cinco paisanos de Porcuna. Se trata de un cantero, un estudiante y tres jornaleros sin tierra.

Aquel día, fusilados también, morían un total de 29 personas en las tapias de ese mismo cementerio. En ese mes de febrero la represión contra "los enemigos de clase" fue dura y cruenta para muchos de los presos que hacinados que vivían en condiciones de insalubridad y precariedad en la Prisión Provincial y el convento de Santa Clara de Jaén. En ese mes se produjeron 110 fusilamientos sumarísimos. El ritmo de ejecuciones no disminuiría en los días siguientes ...

Estos son los cinco fusilados aquella triste mañana de un 5 y 11 de Febrero de 1941:


1.- Justo Aguilera Cobo, 38 años, cantero.

2.- Teodosio Ruiz Padilla, 22 años, estudiante.

3.- Santiago Cobos Heredia, 29 años, jornalero sin tierra.
4.- Manuel Galán Pérez, 32 años, jornalero sin tierra.
5.- Manuel Zumaquero Estrella, 59 años, jornalero sin tierra.


QUE LA TIERRA LES SEA LEVE. DESCANSEN EN PAZ.


sábado, 9 de febrero de 2008

EL CANAL DE LOS PRESOS DEL BAJO GUADALQUIVIR



Franco ideó un complejo sistema para explotar a los presos políticos que encerró en sus cárceles. Más de 110.000 vivieron esclavizados en campos de trabajo. Varios miles, además, fueron subarrendados a empresas privadas hasta 1970. En la imagen, presos construyen el Canal del Bajo Guadalquivir.

Terminada, en abril de 1939, las operaciones bélicas de lo que se conoce como Guerra Civil, todos los órdenes de la vida española quedaron afectados por las nuevas condiciones políticas y económicas impuestas por los vencedores.
Con el fin de la contienda, comenzaron los controles de residencia y desplazamiento, las cartillas de racionamiento y el exilio o la prisión de cientos de miles de españoles derrotados.
El Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, fue creado en Septiembre de 1939, con el fin de utilizar a los reclusos en obras de utilidad nacional. Uno de sus mayores proyectos, fue la obra hidráulica del Canal del Bajo Guadalquivir, conocido popularmente como Canal de los Presos. Entre 1940 y 1962, gracias al trabajo de los prisioneros de guerra y de represaliados políticos, numerosos terratenientes sevillanos transformaron sus latifundios de secano en tierras de regadío y se construyeron varios poblados de colonización.

En el año 1940, La 1ª Agrupación del Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, situó sus dos primeros campos de trabajo en la fincas de La Corchuela y los Arenales, en el término de Dos Hermanas, a 5 y 10 kilómetros aguas abajo, en dirección a Lebrija. El 20 de enero de 1940, llegaron al campamento los primeros treinta presos que iban a trabajar en la construcción del canal. Entre ellos se encontraba el campesino lucentino Vicente Borrego Rivas, de 34 años.
A lo largo del año, arribarían otros 1.500 penados. En noviembre de 1941 las obras del canal recibieron un nuevo impulso, al encargarse la 6ª Agrupación de otra sección de las obras. 750 penados llegaron al campamento, que se había levantado a unos cinco kilómetros, en la finca Los Merinales

Los reclusos confinados en los distintos campamentos del Bajo Guadalquivir, procedían de las más diversas regiones de España, aunque un 61% eran andaluces. Los presos vivían una existencia desarraigada, lejos de sus habituales lugares de residencia y en condiciones infrahumanas.

Además, el trabajo que realizaron, sobre todo en los primeros años, fue de gran dureza por la falta de instrumentos técnicos y por la propia situación de los campamentos. Muchos de los penados, una vez que consiguieron la libertad, encontraron enormes dificultades para rehacer sus vidas. Desterrados o sometidos a una fuerte exclusión social, no podían acercarse a sus lugares de origen, por lo que en muchos casos no tuvieron más opción que quedarse trabajando en el canal, ahora como asalariados libres o libertos.

Los presos construyeron 30 km. de los 160 km. que tienen el canal en su totalidad, concretamente, el tramo que comprende desde La Rinconada, hasta Dos Hermanas. El trabajo de los presos finaliza en la intersección con el canal del Salado, que tiene su origen en la presa “Torre del Águila” (también construida parcialmente por los presos políticos) en el término municipal de Utrera y junto a la localidad de El Palmar de Troya (pueblo creado por los familiares de los presos). Sin embargo, es más difícil definir,, con precisión, el lugar exacto donde comienzan a trabajar, ya que los presos eran desplazados a otros tramos, incluso cercanos a la localidad de Lora del Río, o sea, junto a su nacimiento en Peñaflor.

Los proyectos para la transformación en regadío de las marismas del bajo Guadalquivir se remontan a principios del siglo XIX. Tan vasta operación hidráulica pasó por numerosas vicisitudes asociadas a los conflictos de intereses afectados por la derivación de aguas del Guadalquivir. Desde los de los gestores del Puerto de Sevilla, hasta la participación de la empresa privada en la financiación de las obras. Todo lo cual se reflejó en la compleja trayectoria de su planificación y ejecución. Son elocuentes de esta complejidad, las características del primer tramo (previsto inicialmente como navegable), la propia secuencia de su construcción, las modificaciones de los proyectos por la incidencia de otras obras públicas (autopista, aeropuerto o polígonos industriales), la cambiante delimitación de las zonas regables y, en consecuencia, las previsiones de agua de riego y dotaciones por unidad de superficie.

Las referencias bibliográficas sobre la propia obra hidráulica demuestran el interés que suscitó tan ambicioso proyecto. Aunque son muy escasas, o prácticamente nulas, las referencias a la forma en que se llevó a cabo la construcción de sus primeras secciones. No fue la única obra que se realizó por presos políticos en Andalucía, pero sí la más significativa, al menos en las comarcas occidentales.
De todas formas, lo que sí conocemos –por la memoria presente y viva de sus testigos– es que el desarrollo de estas obras dejó huellas profundas. Por ejemplo, en el tejido urbano de los alrededores de Sevilla.
Las barriadas de Bellavista o Torreblanca no se entienden sin la actividad directa generada por las obras del canal y las transformaciones hidráulicas del Bajo Guadalquivir. Pero, también, de forma indirecta, por las derivadas de una población reclusa que vivió en los campos de concentración al servicio de estas obras, y en cuyos aledaños se asentaron sus familiares en condiciones penosas de supervivencia y drama humano. La realización del “Canal de los Presos”, significó no solamente una transformación importante del espacio físico, sino que también se tradujo en un cambio social y urbano en los municipios que recibieron a los prisioneros políticos.

INFORMACIÓN EXTRAÍDA DE http://www.pangea.org/~spcgta/PRESOS.htm

Estos son los ciudadanos de Porcuna que pasaron por el Canal de los Presos:

- Luis Callado Hueso
- Juan del Pino Castro
- Francisco Garrido Aguilera
- Luis Quero López
- Manuel Sánchez Ruano
- Manuel de la Torre Ruano
- Rafael Villa Corpas



NOTA: para cualquier aclaración u aportación de información sobre el listado de represaliados contactar con: nombresporcuna@gmail.com

Información aportada por: Todos los Nombres de Porcuna (Jaén)

miércoles, 6 de febrero de 2008

Fusilados 16 paisanos tal día como hoy



Hoy se cumplen 68 años del fusilamiento en el cementerio de San Eufrasio (Jaén) de 16 paisanos de Porcuna.

En un día gris de 6 de Febrero de 1940 estos 16 paisanos de diversas edades morían acribillados por balas franquistas después de que alguien de su propio pueblo ordenase tan macabra actuación. Hay que decir, que ese día solo se fusiló a porcunenses, como si de un monográfico del horror se tratase. Poderosamente llama la atención la edad de los ejecutados, pues apenas superaban la treintena de años. Se cebaba, una vez más, la violencia franquista sobre aquellos jornaleros y obreros que más combatividad habían opuesto a la oligarquía terrateniente y la derecha extrema.

De los 16 ejecutados, 14 eran jornaleros sin tierra, un albañil y un chófer. Aquí están sus nombres para el recuerdo de tod@s.
 
  1. Eulogio Cabezas Acuña, 32 años.
  2. Juan Casado Gallego, 37 años.
  3. Juan Cobo Casado, 36 años.
  4. Pablo Garrido de la Hoz, 30 años.
  5. Rodrigo González Gutiérrez, 35 años.
  6. Francisco González Requena, 33 años.
  7. Manuel Jaén Millán, 28 años.
  8. Antonio López Mendez, 50 años
  9. Benito Morente de la Torre, 45 años.
  10. José Ocaña Castillo, 28 años.
  11. Fernando Orozco Cañas, 38 años.
  12. Francisco Requena Aguilera, 48 años.
  13. Francisco Rojas Merino, 38 años.
  14. Juan Ruiz Morente, 49 años.
  15. Juan Sánchez Ruano, 45 años.
  16. Manuel Valenzuela Torres, 43 años.
QUE LA TIERRA LE SEA LEVE.
EN SU HONOR Y HOMENAJE.

sábado, 2 de febrero de 2008

Muerte en prisión de Manuel Rosel Coba


Hoy se cumplen 68 años en la muerte en la Prisión Provincial de Jaén de Manuel Rosel Coba (02/02/1940), anciano de 74 años de edad, con motivo de una bronquitis crónica, provocada por las extremas y duras condiciones de las prisiones franquista. En su memoria.

Al día siguiente, serían fusilados otros paisanos nuestros, Benito Herrera Toribio, de 28 años y Pablo Santiago Ruiz, de 48 años de edad, ambos jornaleros. Que la tierra de su fosa común en el cementerio de San Eufrasio (Jaén) les sea leve.